Su primera comida: Enseña a comer a tu hijo menor de 3 años
Tu bebé comienza a dar sus primeros pasos y a explorar el mundo.
Esa curiosidad que se despierta en tu hijo se trasladará hasta la mesa.
Recuerda que tu pequeño está en fase de crecimiento y debes evitar en todo lo posible los alimentos prohibidos para tu bebé, tu hijo podrá comer de todo en pequeñas cantidades.
Las papillas, los purés y los alimentos troceados serán tus mayores aliados a la hora de aportar diversidad a la dieta de tu pequeño. Igualmente, ten presente que los carbohidratos, las verduras y las frutas, las proteínas, los lácteos y las grasas saludables deben ser las protagonistas en la dieta de un menor.
Por ello, no dudes en incluir estos grupos de alimentos en cada comida principal.
Además, es conveniente que empieces a trabajar con estos sabores y texturas lo antes posible, para que se familiarice con el sabor y la textura de estos aliementos.
¡Te ayudamos en este artículo!
¿Tu hijo es caprichoso y no quiere comer la verdura?
Tu bebé empezará a desarrollar sus dientes de leche sobre los primeros 6 meses de vida hasta los tres años de edad.
Por ello debes orientar la alimentación de tu hijo menor de tres años al ritmo de la salida de sus molares e incisivos, ya que con ellos empezará a aprender a masticar.
Es normal entonces que adecuemos la dieta de nuestro bebé a medida que sus dientes nazcan.
Esto puede acarrear lloros y pataletas cuando le demos de comer algo a lo que no está acostumbrado o no le guste.
Las famosas escenas suelen ocurrir a menudo en niños en torno a los 18 meses, cuando ya muestran preferencias y aversiones alimentarias.
A esta edad tu bebé puede empezar a mostrar comportamientos caprichosos y usará la negativa para todo.
Es muy posible que incluso rechace los alimentos e incluso rechace las cosas que hasta ahora le gustaban.
Por ello, es importante que tengas mano firme a la hora de la comida y, si tu hijo rechaza un alimento, ofréceselo unos días después para ver cómo reacciona e identificar si la negativa es por gusto o por capricho.
Cómo evitar que tu hijo coja aversión a la comida
Recuerda que tu hijo debe aprender a comer bien, por lo que tu autoridad vuelve a ser clave a la hora de lograr que tu hijo coma de todo y de forma equilibrada.
Debes adaptar también su alimentación a su edad y tamaño, por lo que, si no tiene hambre, no le obligues a comer.
Cabe destacar, que de media, tu hijo engordará dos kilos y medio al año y crecerá 12 centímetros antes de los tres años y a partir de esa edad, 9 cm.
Por ello, para evitar que tu pequeño coja aversión a algún alimento, te recomendamos que sigas estos consejos y logres así darle una dieta sana y equilibrada:
Cero estrés: Puede que tras cumplir el primer año de vida, tu hijo muestre una mayor falta de apetito.
Esto se debe a que tu bebé necesita ingerir menos calorías ya que crece a un menor ritmo.
Por ello, procura no alterarte si tu pequeño come menos y dale siempre la cantidad de comida que requiera, sin forzarle a comer más.
Incluye todos los nutrientes: A pesar de que su ritmo de crecimiento se haya ralentizado, no se ha detenido.
Por lo tanto, tu bebé necesita más nutrientes que un adulto en proporción a su peso, ya que está en constante desarrollo.
Introduce alimentos nuevos poco a poco: El consejo clave a la hora de evitar que tu pequeño le coja manía a algún producto es incluirlos muy poco a poco y de uno en uno.
En principio, mezcla la nueva comida, en pequeñas porciones, con la de siempre, para que distinga el nuevo sabor lentamente.
Más adelante puedes incluir este nuevo alimento al principio de cada comida, cuando el pequeño esté más hambriento y con menos reparos en probar cosas nuevas.
Tras esto, solo debes esperar a que se acostumbre a este plato reciente antes de introducir un nuevo ingrediente a su menú.
Caprichos fuera: No necesitas darle un premio a tu pequeño por hacer algo bien o terminarse su comida.
Igualmente, si este caprichito se tratase de un dulce debes tener muy claro que cuanto más lejos mejor, al igual que los zumos.
Además de evitar las caries en su dentadura primaria, eludirás la dependencia que las golosinas y el azúcar en tu hijo.
Incluso lograrás evitar pataletas y lloros porque, en vez de darle un zumo, le has dado una pieza de fruta.
Enseña a tu pequeño a comer solito
Enseñar a comer a tu pequeño no es algo difícil.
Dale de comer siempre cerca de ti y procura que te vea comer con los cubiertos.
Esto despertará su curiosidad y su instinto de imitación, lo que le hará querer hacer lo mismo que tú.
Por ello no es raro que, en poco tiempo, puedas verle intentando pinchar algo o usando unos cubiertos.
Sigue estos trucos para explotar la capacidad de imitación de tu hijo y enseñarle más rápidamente y de forma correcta a comer solito:
Muéstrale a usar los cubiertos: Como ya hemos mencionado, gracias a la imitación, tu bebé querrá hacer lo mismo que tú, tanto dentro como fuera de la mesa.
Por ello, debes enseñar a tu hijo a usar de forma correcta los cubiertos, además de a masticar.
No viene mal que sientes a tu hijo a la mesa para que pueda veros y si le da curiosidad por robar algo de tu plato, dáselo.
Así fomentarás su curiosidad y dejarás que se acostumbre a los nuevos sabores y olores, además de lograr evitar futuros rechazos a la comida.
Además, al sentarse con la familia, el pequeño ampliará su vocabulario y desarrollará aún más su lenguaje.
Practica buenos hábitos alimenticios: Durante esta edad tu hijo va a aprender a comer solo, mayoritariamente mediante imitación.
Por este motivo, es importante que adoptes la postura y realices las comidas de la forma que a ti te gustaría que lo hiciera tu hijo, ya que de ti sacará el modelo a seguir.
Otra cuestión es incluir platos coloridos y variados en la mesa, tanto para ti como para tu pequeño y le muestres los cuatro sabores básicos para que se adapte mejor a ellos: salado, dulce, amargo y ácido.
No le castigues: Es normal que tu pequeño no quiera acabarse todo el plato o rechace algún alimento.
En vez de molestarte, debes mostrar alegría cuando el pequeño termine su comida e indiferencia si no lo hace.
El rechazo muchas veces viene dado para llamar tu atención, por lo que es importante que no prestes excesiva atención a sus berrinches y sí a sus buenos comportamientos.
Dale de comer cinco veces al día: es conveniente que tu pequeño coma poco, pero de manera continua, por lo que puedes empezar a implementar la regla de cinco comidas diarias.
Con este método, además de evitar que el pequeño pase hambre, le instauramos una rutina muy conveniente para su desarrollo fisiológico y educativo.
Pasa tiempo con tu hijo: Que el pequeño ayude en la preparación de los alimentos y esté con la familia durante la comida es una buena manera de crear unos hábitos saludables.
Mantén un horario fijo; evita el mal ambiente durante la comida; huye de las distracciones como son la televisión, la radio o los móviles; y procura que ninguno en la mesa coma con excesiva rapidez.
Estos consejos y muchos más los encontrarás en nuestro blog, donde te informamos y te ayudamos a cuidar mejor a los tuyos.